viernes, 26 de febrero de 2016

El tiempo perdido

Nada más verla no pudo contener la emoción que siete años de añoranza le habían hecho acumular. Cuando se fue, la dejó con apenas tres años recién cumplidos, sin embargo, ahora, tenía ante sí a toda una mujercita.
Con los ojos anegados por las lágrimas la estrechó entre sus brazos y disfrutó con el contacto. Pero no pudo hacer lo mismo de los sentimientos, que vio como se  perdían sin encontrar una respuesta. La separó, la miró a los ojos, y sólo vio un vacío que le estremeció.

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